Una de las prendas clave dentro de la moda para hombres es el polo masculino. Se trata de una especie de camiseta con cuello y con cierre de dos o tres botones. Podemos encontrar una amplia variedad de modelos, con diseños de manga corta y manga larga, elaborados en diferentes tejidos, con o sin bolsillo, con cremallera en lugar de botones, etc. Las posibilidades son prácticamente infinitas.
Mucho se ha hablado de esta prenda de ropa para hombre, pero poco se conoce de su historia. Aunque forma parte de las principales colecciones de moda masculina y está presente en nuestro día a día, lo cierto es que sus orígenes no están del todo claros. Por ello, vamos a hablar de cómo surgió el polo masculino y cómo se hizo un importante hueco dentro de nuestros armarios.
El origen de los polos de hombre
Si prestamos atención a su nombre, podemos deducir que está relacionado con el polo, una práctica deportiva muy popular en el Reino Unido y en sus antiguas colonias. Un juego donde dos equipos compiten, a caballo, para meter la pelota en una portería con un mazo. Se cree que este deporte nació concretamente en la India a finales del siglo XIX, en la localidad de Manipur. Ahí se encontraban soldados de la armada británica que decidieron fundar el primer club de polo.
Debes saber que este juego se volvió muy popular entre los británicos, pero encontraban la ropa que se utilizaba para jugar algo incómoda. Se trataba de camisetas de algodón gruesas y de manga larga. Por esta razón, decidieron añadir un cuello con cierre de botones, que impidiese que la camiseta se agitara al galopar el caballo.
En una de las visitas que John E. Brooks, nieto del creador de la firma americana Brooks Brothers, hizo a Inglaterra, se interesó por esta peculiar prenda. Y en 1896 lanzó, en Estados Unidos, la que se considera como la camiseta de polo masculino original.
La evolución del polo masculino 100% algodón
Pensar que esta ropa masculina pudo venir del deporte del polo nos crea algo de confusión, porque una de las imágenes que nos suele venir a la cabeza es la de los jugadores de tenis de comienzos de siglo. El responsable de ello es el tenista francés Rene Lacoste que, cansado de la indumentaria tradicional de esta modalidad deportiva, decidió diseñar su propia camiseta.
Hasta ese momento, estos deportistas usaban pantalones y camisetas de manga larga que adornaban con una corbata. Esta, sin duda, no era la mejor opción para correr a lo largo y ancho de la pista de tenis. Por ello, en 1926, Lacoste se presentó al Abierto de los Estados Unidos con su propia camiseta.
Se trataba de un diseño de algodón blanco, con cuello abotonado, manga corta y el emblema de un cocodrilo en el lado izquierdo. Pero ¿por qué usar un cocodrilo? Este era el apodo que le habían puesto los periódicos y fans de la época. Su camiseta polo es considerada como el origen del modelo actual, con la parte trasera algo más larga.
Aunque en un primer momento tuviera bastantes detractores que defendían las prendas tradicionales, lo cierto es que Lacoste apostó por su diseño y creó una compañía textil para fabricar y vender su camiseta con el logotipo del cocodrilo, el cual le haría mundialmente conocido. Tal ha sido su fama que es considerada como la primera prenda deportiva en poseer una firma reconocida.
¿Qué fue antes, el polo o el tenis?
Tanto el polo como el tenis empezaron a usar esta prenda a comienzos del siglo XX, por lo que es normal que muchos tengan dudas sobre quién fue el verdadero precursor de esta prenda. Como los jugadores de polo aún seguían usando el modelo de manga larga que resultaba incómodo a la hora de jugar, finalmente optaron por usar el diseño del tenista Lacoste.
Fue a partir de ese momento cuando la popularidad de esta variedad de camiseta no paró de crecer. Con el paso de los años se ofreció en más colores y se incrementó su valor para crear una mayor sensación de exclusividad. El presidente de Estados Unidos Dwight Eisenhower usó una para jugar al golf, lo que hizo que su fama se disparara aún más.
El diseñador Ralph Lauren no fue indiferente a esta tendencia de moda masculina y decidió crear en 1972 su línea Polo, dedicada en exclusiva a esta prenda. Su apuesta por el polo masculino fue el empuje definitivo para que se hiciera un hueco definitivo en las colecciones de ropa para hombre.
Dentro de España, en STJOR 1969 ya éramos conscientes de la importancia que iba a tener y decidimos crear nuestros propios diseños. Algo que hemos seguido haciendo desde entonces. Una apuesta por una prenda atemporal y de calidad que ha demostrado su perdurabilidad y estilismo en el tiempo.
La moda masculina ha ido evolucionando con el paso de los años, pero hay cosas que nunca pasarán de moda, como son los clásicos polos para hombre, que están destinados a existir por mucho más tiempo.